Las realidades del dolor.

Cuando cayeron los rosarios y callaron las plegarias, el cielo se oscureció tanto que temíamos más la caída del mismo que la propia oscuridad. No sabíamos con exactitud qué había provocado aquel desorden y el espejo era un enemigo, más pendiente de devolver las balas que de acogerme en su trinchera.

Entonces entendí y descendí al suelo, ese suelo frío y cálido a la par, el suelo donde permanecen las raíces aunque no las podamos ver, allí como en el interior donde permanece el dolor aunque no lo podamos sentir.

Nuevamente me deshago y me rehago, pero ahora desde abajo, desde el suelo. En el techo me esperaba mi reflejo. Un reflejo lleno de rencor, de odio y de dolor, pero ya no me importaba porque algo en mi interior me decía que ese reflejo es parte de otra realidad, de otro dolor con el que ahora no me toca lidiar.

Obra inspirada en un fotograma de la serie «Patria».

Las realidades del dolor.

28.02.2021

Contrachapado.
40 x 30 cm.
0.3 cm profundidad.

Óleo sobre madera.

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